Cuáles son los millonarios proyectos que se desarrollarán en Vaca Muerta
Se trata de iniciativas por u$s7.000 millones para la segunda reserva de gas no convencional más grande del mundo y la cuarta de petróleo crudo

Apartir del desembarco del modelo libertario en el Gobierno, y del cambio de rumbo que las autoridades aplicaron para el sector de los hidrocarburos en Argentina, varias empresas petroleras y del área energética comenzaron a regresar de manera gradual a los mercados internacionales de deuda.
Lo hacen, tras años de estar aislados y como resultado del creciente apetito de los inversores por «pertenecer» al selecto grupo que opera en Vaca Muerta, donde los anuncios de nuevos desembolsos siguen creciendo y abarcan proyectos de extracción y producción (upstream; de petróleo y gas) y de transporte y distribución (midstream), todos los cuales podrían eliminar los cuellos de botella para el crecimiento de la producción que han afectado a la formación durante varios años.
Vaca Muerta: informe clave destaca su potencial de producción
A partir de este escenario, la calificadora S&P Global Ratings elaboró un informe sobre lo que se considera un renovado interés en la producción no convencional de Vaca Muerta en Argentina, en el cual también se responden algunas preguntas frecuentes de los participantes del mercado sobre la producción no convencional de la formación y su impacto sobre las empresas que operan en el país.
Al analizar la relevancia de la zona para la producción de hidrocarburos, la consultora norteamericana detalla que los recursos estimados de Vaca Muerta llegan a los 308 billones de pies cúbicos de gas y 16.200 millones de barriles de petróleo, ubicando a la región como la segunda reserva de gas no convencional (shale o de lutita) más grande del mundo y la cuarta de petróleo crudo no convencional (shale o de esquisto).
En 2024, dicha producción promedió 64,1 millones de metros cúbicos (m3) por día, lo que representa 49% del total de gas generado en el país, mientras que la producción de petróleo de esquisto llegó a 353.000 barriles por día (bbl/d), lo que representa 55% del total.
En cuanto a la de shale (gas y petróleo crudo), el reporte asegura que «ha aumentado 150% desde 2020, a 740.000 barriles de petróleo equivalente por día (boepd), y esperamos que aumente aún más hacia el final de la década y en adelante, ya que sólo se ha desarrollado alrededor del 20% de la formación».
La cuenca neuquina, mejor que Estados Unidos
Para los analistas de S&P, en la década pasada, Vaca Muerta experimentó un rápido desarrollo, lo que se ha traducido en importantes reducciones en los costos de extracción y en una mayor productividad.
En ese marco, Vista Energy Argentina y la empresa estatal YPF reportan costos de extracción (lifting costs) de u$s4,5 a u$s4,6 por barril de petróleo equivalente (boe) en sus principales áreas de producción en Vaca Muerta.
Además, de acuerdo con los operadores de shale, los pozos son aproximadamente 30% más productivos que los de la Cuenca Pérmica en Estados Unidos.
Con respecto a las perspectivas de crecimiento en el corto y mediano plazo de la zona, el informe anticipa que, gracias a la expansión acelerada, la producción de Vaca Muerta podría alcanzar un millón de bbl/d de petróleo shale a finales de esta década.
Pero advierte sobre la necesidad de fomentar las inversiones en midstream, ya que las restricciones en la capacidad de transporte han estado limitando el crecimiento orgánico durante años.
Los 2 proyectos millonarios que se instalarán en Vaca Muerta
En ese sentido, S&P recuerda los proyectos actualmente en marcha que son considerados «claves» para distribución y transporte.
Uno es el de Oldelval Duplicar Plus, con una inversión de u$s1.000 millones que aumentará la capacidad de la red nacional de oleoductos (Oldelval) a 540.000 boepd desde 226.000 boepd.
Consiste en la construcción de 455 kilómetros (km) de ductos desde la estación de bombeo de Allen en la Provincia del Neuquén hasta Puerto Rosales en la Provincia de Buenos Aires. En diciembre de 2024, Oldelval anunció que ya había llenado los oleoductos con petróleo y que deberían estar en pleno funcionamiento a finales del primer trimestre de 2025.
El segundo proyecto, Duplicar, aumentará la capacidad de evacuación de Vaca Muerta a 750.000 boepd en 2025 desde 510.000 boepd a principios de 2024.
Se trata del oleoducto Vaca Muerta Sur cuya primera fase consiste en una inversión de u$s200 millones para construir 130 kilómetros de ductos, desde el yacimiento Loma Campana hasta Allen y que se encuentra totalmente financiado por YPF.
La construcción comenzó en mayo de 2024 y debería finalizar a principios de este año, con una segunda fase que requerirá otros u$s3.000 millones para construir un ducto de 437 kilómetros que conectará a Allen con el puerto de Punta Colorada en la provincia de Río Negro, junto con instalaciones de almacenamiento y dos boyas de carga en el puerto.
El ducto dedicado a la exportación transportará hasta 550.000 boepd, capacidad que podría ampliarse a 700.000 boepd a partir del patrocinio no sólo de YPF sino también de otras importantes petroleras como Pampa Energía S.A., Vista y Pan American Energy que esperan que la capacidad crezca gradualmente hasta llegar a 180.000 bbl/d en la segunda mitad de 2026, 500.000 bbl/d en 2027 y una capacidad total de 700.000 boepd probablemente después de 2028.
Mirada futura
A largo plazo, el paper de S&P anticipa que los planes son encabezados por YPF, con iniciativas para licuar y exportar las vastas reservas de gas no convencional de Vaca Muerta.
«Argentina podría convertirse en un participante en el mercado global de gas natural licuado (GNL), ya que es probable que el GNL desempeñe un papel clave como combustible de transición, debido a que es significativamente menos contaminante que otros combustibles fósiles como el carbón y el petróleo», detalla el trabajo.
También se hace mención a otros dos proyectos potenciales para exportar GNL desde Vaca Muerta encabezados por Southern Energy, que planea destinar u$s2.900 millones para desplegar un buque licuador propiedad de Golar LNG en el Golfo San Matías, en Río Negro, con una capacidad de licuefacción inicial (2,45 millones de toneladas por año [mtpa] o 11,5 millones de m3 por día), equivalente a 9% de la actual producción de gas natural de Argentina o a 18% de la producción de gas shale de Vaca Muerta. La fase inicial utilizará la infraestructura existente para cargar y licuar gas durante la temporada de baja demanda local.
Para los auditores de S&P, «el proyecto debería comenzar a operar en el segundo semestre de 2027 y podría incorporar embarcaciones e infraestructura adicionales en el futuro».
Los principales patrocinadores serán PAE y Golar, mientras que YPF y Pampa Energía tendrán participaciones del 15% y 20%, respectivamente.
La otra iniciativa mencionada en el reporte se refiere al llamado Proyecto GNL Argentina, considerado el más grande y ambicioso del país y que se basa en la construcción de un gasoducto de 580 km desde Vaca Muerta hasta una terminal de licuefacción en Sierra Grande, en Río Negro.
La primera fase debería alcanzar 10 mtpa de GNL y desplegar dos buques de licuefacción y un gasoducto dedicado de 40 millones de m3/por día.
Las dos fases adicionales del proyecto sumarían 10 mtpa de capacidad de licuefacción cada una para aumentar la capacidad total a 30 mtpa.
Entre las empresas involucradas se destaca Shell como uno de los principales compradores, mientras que la probabilidad de inicio de las operaciones se establece para el 2029 o 2030.
En este marco, YPF y Shell firmaron un acuerdo para realizar el proyecto que empezó a desarrollar la primera fase en diciembre de 2024 y que la decisión final de inversión para la primera fase se espera para 2025.
Menos importaciones y autoeficiencia: el objetivo de Vaca Muerta
«El desarrollo de Vaca Muerta es esencial para que Argentina logre la autosuficiencia energética y esperamos que atraiga inversiones importantes en producción, procesamiento y transporte de hidrocarburos», agrega S&P en su documento, en el cual también se sostiene que ingresos provenientes de la zona fortalecerán las cuentas externas del país.
Adicionalmente, se destaca que la necesidad de importar energía durante los meses de máxima demanda «supone un importante lastre para la economía y la balanza comercial de Argentina».
En este sentido, el reporte recuerda que hasta el 2018, el país importaba petróleo para sus necesidades interna, pero desde 2019, se volvió autosuficiente y sus exportaciones de petróleo han ido creciendo de manera constante.
Por otro lado, se añade que Argentina todavía depende de las importaciones de gas (gas natural y GNL), «porque la producción nacional aún no alcanza a satisfacer la demanda interna durante los meses de invierno».
Sin embargo, sus importaciones de gas cayeron aproximadamente 60% entre 2020 y 2024, además de que a medida que se expanda la infraestructura para transportar el exceso de gas natural de Vaca Muerta durante el verano a los mercados internacionales, Argentina también podría volverse autosuficiente en gas.
Al respecto, la calificadora norteamericana recuerda un informe del Ministerio de Economía del año pasado, en el cual se sostiene que el país registró un superávit de u$s4.800 millones en la balanza comercial energética, luego de 14 años de déficit.
Por eso, la proyección para los próximos años de S&P anticipa que «a medida que crezca la producción en Vaca Muerta y entren en funcionamiento los proyectos de transporte y distribución, el potencial de exportación de hidrocarburos de Argentina podría aumentar considerablemente».
En este sentido, YPF estima que Argentina podría tener un superávit en su balanza comercial energética de u$s12.500 millones en 2026, mientras que en el corto y mediano plazo, la calificadora espera que las exportaciones de petróleo representen la mayor parte de las exportaciones, mientras que las de gas crecerían de manera importante después de 2029.
«Si suponemos una puesta en marcha gradual de los proyectos de transporte y distribución anunciados, estimamos que las exportaciones de petróleo crudo podrían superar los u$s17.000 millones y las de gas se acercarían a los u$s1.000 millones para 2027», destaca el reporte.
Por otra parte, se sostiene que en el caso de las exportaciones de gas están limitadas en gran medida a los ductos existentes que conectan países vecinos como Chile o Brasil (a través de Bolivia). Sin embargo, la construcción de una planta de GNL de gran tamaño podría convertir a Argentina en un proveedor de gas global si es que el proyecto alcanza una capacidad de 30 mtpa en la próxima década, lo cual podría generar entre u$s14.000 millones y u$s15.000 millones en exportaciones.