Argentina

Depreflación

Depreflación
Por: C.P.N.
Luis Aveta

Cuando veo las enormes tasas de interés de las LELIQS y de los plazos fijos y salen a la luz los resultados de los balances de las entidades bancarias, con enormes utilidades !!!!!…. y a su vez pero en sentido contrario los resultados obtenidos por grandes empresas productivas del país con importantes pérdidas, se confirma que la especulación financiera es el único negocio rentable en estos tiempos. Pero si no hay utilidad en la producción, surge la pregunta inevitable:

 ¿Quién va a seguir pagando las utilidades especulativas?

La respuesta puede ser muy sencilla o tal vez, un poco compleja. Pero el que paga los platos rotos siempre es el mismo, el productor, el trabajador, el consumidor, el contribuyente, el argentino que todos los días tiene que salir a buscar el sustento para su hogar, los jubilados. Pues sólo hay una opción para que los bancos consigan las obscenas utilidades, se los debe pagar el estado a través del Banco Central. Con tasas escandalosas que servirían para contener el aumento en el valor del dólar, que en realidad es hacer que los tenedores de pesos quieran seguir con ellos y de cierta forma los atesoren en vez de repudiarlos. Pero esas cifras increíbles de pesos que ganan las entidades financieras y que el Banco Central paga en forma “virtual”, ya que los billetes no salen aún a la calle, son futura emisión. O sea que es una acumulación de “virtual” moneda que se prepara para salir al mercado.

Ahora vamos a llegar a quien paga esas delirantes ganancias financieras.

Dadas las condiciones actuales en las que la inflación parece incontrolable y que va dando pequeños saltos mes a mes, de 2,8% en enero hasta el 4,5% marzo y que el plan económico vigente, consiste en simplemente:  sacar pesos del mercado, cuando llegue el momento de retirar en pesos las utilidades obtenidas por los bancos, el Banco Central deberá “fabricar” los billetes, para pagar la deuda “virtual” que se generó mientras “retuvo” en su poder el dinero de los demás bancos. Ese es el punto en el tiempo en que si no existe otro lugar donde invertir la gigantesca masa de pesos que saldrán a la calle, la ciudadanía hará el pago real de tales utilidades ¿ y cómo lo hará?…. con un gran salto en la tasa inflacionaria, perdiendo severamente su capacidad de compra, o sea, pagando con el peor de los impuestos, el que le destruye las posibilidades a toda la sociedad y que es la inflación !!!!!. Un interesante agravante, es que cuanto más se estire la llegada de éste momento, en que ya no importe lo que pague el Banco Central y los demás bancos soliciten retirar sus capitales con sus utilidades, peor puede ser el salto inflacionario y por lo tanto, peor será la devaluación que lo acompañe.

Historia

A todo esto, hagamos un poco de historia:

De 1980 a 1990, la inflación promedio anual pasó de 100.8% a 2.314,0%, siendo en 1989 de 3.079,5%. En los años de mayor inflación se aplicaron programas de contingencia. En 1985 la inflación fue de 672,2%; en 1986, de 90,1% y en 1987, de 131,3%; el promedio de la década fue de 565,7%. Muchos números, sólo importan los primeros, hasta llegar a 1989, año en el que se aplicó la misma receta monetaria que se aplica hoy, altas tasas de interés para frenar el flujo de dinero en el mercado y así evitar la corrida de pesos a dólares. Debo reconocer, que las tasas de interés eran aún más descabelladas que las actuales, rondaban el 300% mensual, lo que hizo que el plan durara solamente 5 meses, a diferencia del actual que ya lleva entre LEBACS Y LELIQS, casi dos años.

Para los memoriosos de aquella época, la salida que encontró el gobierno, fue primero una consolidación de los depósitos, a los que los convirtió en Bonos a diez años, pagaderos en dólares con un interés del 4,5% anual. Los mismos fueron pagados en tiempo y forma hasta su cancelación en el año 1999. Consolidación que fue seguida por una dolarización real de la economía, que tuvo el nombre de “Convertibilidad”.

Resumen Sea cual sea, la salida que busque el equipo económico, las entidades bancarias ya obtuvieron sus ganancias gracias a éste sistema y las mismas las pagaremos todos, vía inflación, desocupación y como puede verse ahora depresión económica. Una situación tan extraña en la economía que hasta tiene un nombre muy pocas veces usado por los catedráticos: “Depreflación”.

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