El auge del nearshoring en América Latina: Oportunidades y desafíos para las economías regionales
El nearshoring se ha convertido en una estrategia clave para muchas empresas que buscan reducir costos y mitigar riesgos en sus cadenas de suministro.

América Latina, con su cercanía a Estados Unidos y su creciente desarrollo industrial, se ha posicionado como un destino atractivo para inversiones extranjeras en manufactura, tecnología y servicios. Sin embargo, aunque la tendencia promete fortalecer las economías de la región, también plantea desafíos significativos en términos de infraestructura, capacitación laboral y estabilidad política.
América Latina como destino estratégico para el nearshoring
Desde la pandemia, muchas compañías han reconsiderado su dependencia de la manufactura en Asia, principalmente en China. Factores como el aumento de los costos logísticos, la escasez de insumos y las tensiones comerciales entre China y Estados Unidos han llevado a buscar alternativas más cercanas. México ha sido el principal beneficiado, con un crecimiento sostenido en inversión extranjera directa, especialmente en el sector automotriz, tecnología y manufactura avanzada.
Países como Brasil, Colombia y Argentina también han comenzado a atraer empresas interesadas en establecer operaciones más cerca del mercado norteamericano. Sin embargo, aún enfrentan desafíos relacionados con la infraestructura y la burocracia, lo que los coloca en una posición menos competitiva frente a México.
Beneficios económicos y generación de empleo
El nearshoring no solo impulsa la inversión extranjera, sino que también genera empleos de alta calificación. La instalación de fábricas, centros de desarrollo tecnológico y oficinas regionales contribuye al crecimiento económico local, aumentando la demanda de talento especializado en ingeniería, tecnología y logística.
En Argentina, sectores como el software, la agroindustria y el desarrollo tecnológico han mostrado potencial para captar inversiones gracias al talento calificado y los costos laborales competitivos. Empresas internacionales están evaluando la posibilidad de establecer centros de operaciones en Buenos Aires y Córdoba, aprovechando la infraestructura existente y el acceso a profesionales altamente capacitados.
Desafíos y proyecciones a futuro
Si bien las oportunidades son evidentes, los países de América Latina deben enfrentar retos estructurales para consolidarse como destinos de nearshoring. La falta de estabilidad macroeconómica, las regulaciones impositivas y la incertidumbre política son factores que pueden desincentivar la llegada de nuevas inversiones.
Para 2025, se espera que el nearshoring continúe ganando relevancia, especialmente en industrias como electrónica, automotriz y servicios tecnológicos. Si los gobiernos de la región logran implementar políticas que fomenten la inversión y mejoren la infraestructura, América Latina podría consolidarse como un hub estratégico en la reconfiguración global de las cadenas de suministro.