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Evitar el estrés laboral

Como Asesor de Empresas y luego de varias décadas, aprendí algunas cosas sobre el manejo del estrés laboral que aquí comparto porque sé que todos lo vivimos, ya sea como empleados o emprendedores, dueños de negocios o asalariados, independientes u otra modalidad

Como Asesor de Empresas y luego de varias décadas, aprendí algunas cosas sobre el manejo del estrés laboral que aquí comparto porque sé que todos lo vivimos, ya sea como empleados o emprendedores, dueños de negocios o asalariados, independientes u otra modalidad, las exigencias del mundo laboral actual son brutales, las expectativas son mayúsculas pero las herramientas que solemos tener para hacerles frente son escasas:

1°. CUIDA LAS HISTORIAS QUE TE CUENTAS DE TÍ MISMO: Muchas veces e incluso sin darnos cuenta, somos nosotros mismos los principales generadores de estrés en nuestra vida. La historia que repetimos una y otra vez acerca de nosotros mismos es subjetiva y obedece a una interpretación que hemos hecho de una situación determinada.

En estos relatos solemos ponernos como víctimas: el mundo conspira en nuestra contra, los clientes, los jefes y los dueños de las empresas son los villanos que buscan complicarnos las cosas, ellos son los que nos estresan. No nos damos cuenta de que la voz que usamos para contar estas historias no es más que el eco de nuestras inseguridades.

Cada vez que te estés contando uno de estos relatos (o cada vez que se los cuentes a alguien más) haz el ejercicio de relatar esa misma historia una vez más, pero desde un lugar neutral. El simple cambio de voz hará que veas las cosas diferentes y que entiendas las razones y preocupaciones de la otra parte. Sorpresivamente te sentirás también menos agobiado.

2°. NO AL ESTRÉS AUTOIMPUESTO: ¿Cuántas veces has respondido que estás estresado cuando alguien te pregunta cómo te va? Aunque hacerlo no resuelva nada, utilizas la frase una y otra vez. Tú mismo te juzgas y te sentencias: “Estoy estresado”.

Al verbalizarlo conviertes al estrés en tu realidad y terminas por agobiarte incluso en momentos en los que deberías de estar relajado. Aunque no te des cuenta, las palabras tienen un poder inmenso para contribuir a la creación de la realidad en la que vives. La próxima vez que te descubras diciendo o pensando que estás estresado, intenta describir mejor lo que te pasa: “Me siento inseguro porque mañana es lunes y no hemos terminado el proyecto.

Tengo miedo de la reacción de mi jefe”. Hacerlo así te ayudará a romper el círculo vicioso de sentirte eternamente estresado, a ubicar una inseguridad para trabajar en ella, a entender cuáles son los pendientes que debes resolver para dejar de sentirte tan agobiado.

3°. DATE TU TIEMPO: Aunque suene como una obviedad, es muy difícil darte tiempo para tí mismo cuando existes perpetuamente estresado. Lo más dramático es que resulta absolutamente indispensable hacerlo: necesitas de tu propio tiempo, ese instante para escalar montaña, tomar tu fotografía, escribir tu novela, leer ese libro, escuchar esa canción.

Hablar contigo mismo, ese momento en el que eres solo tú, oblígate a hacerlo parte de tu rutina y jamás permitas que el estrés laboral te lo quite, 30 minutos cada día pueden ser suficientes para superar el estrés.

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