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Familia, amigos y tontos

Está de moda hablar de las empresas start up. Son empresas innovadoras, que basadas en la economía del conocimiento y las nuevas tecnologías, cambian el paradigma del mercado.

Tienen la característica de que sus primeros estadios son de altísimo riesgo y sólo el 5% sobreviven a su primera etapa. Una start up comienza con la idea de un joven que considera que existe un problema en nuestra vida diaria y él puede desarrollar una solución que permitirá que vivamos en una sociedad mejor. Esta idea, que podemos considerar romántica, enfrenta un grave inconveniente: la financiación.

Los sistemas financieros tradicionales son totalmente inaccesibles para estos jóvenes innovadores. Ningún sistema financiero otorgará fondos a una idea que tiene muy pocas probabilidades de éxito. 

La alternativa que tienen los emprendedores y que la literatura los ha denominado “3F” por las siglas en inglés: Family (familia), Friends (amigos) y Fools (tontos). Para poder ejemplificar estos casos, acudiré a dos series que se encuentran disponibles en las actuales plataformas. Una es “Start-up”, una serie coreana y la otra es conocida en Argentina como “Dinero en gestación”, siendo esta de origen americano.

Familia amigos y tontos
Serie coreana “Start-up”

En la serie coreana, “Start-up”, el protagonista es un joven ingeniero, genio de las ciencias informáticas que encuentra distintas aplicaciones a la inteligencia artificial a la vida cotidiana. El capítulo dos muestra como el emprendedor consigue sus principales aportes de capital. Los primeros inversores son sus padres. Su papá retira dinero de sus ahorros de su plan de jubilación.

Y sus amigos de la facultad, dejan sus trabajos y ahorros para convertise en co-fundadores.

Primer consejo: el inversor no debe necesitar el dinero que aporta en ningún momento de su vida. Este es un mensaje claro a los amigos, familiares e incluso a los locos que creen en el emprendedor. El inversor no lo debe necesitar ni en el corto plazo, ni en el largo, ni nunca. Por ello, el inversor no debe retirarlo de un plan de ahorro para su jubilación, ni debe endeudarse para conseguir el dinero.

Si la startup cumple sus objetivos y puede devolver el dinero, sería lo óptimo. Si la start up fracasa, el inversor debe poder continuar con su vida. En la vida real, como sucede en la serie, nuestros padres y mejores amigos, que nos aman y nos desean lo mejor, jamás nos dirán cuál es el origen de los fondos de esos aportes porque el afecto tiene mucho más efecto que las finanzas.

Familia amigos y tontos
Serie americana “Dinero en gestación»

En la serie americana, “Dinero en gestación”, una genio de la computación que ha desarrollado un sistema informático que permite que los inmigrantes cubanos en Estados Unidos accedan a un sistema financiero. Encuentra un “fool”, un joven judío con un master en finanzas, que se entusiasma con el proyecto y que cuenta con un capital que proviene del narcotráfico manejado por los haitianos en Miami.

Así, en una primera etapa, los cofundadores de la start up son: la genio en informática, el joven financista y el narcotraficante haitiano.

Segundo consejo: si alguien que no forma parte del entorno del emprendedor decide aportar capital, es necesario conocer que proviene de un origen lícito. Esto se vuelve crítico, porque los jóvenes, llenos de entusiasmo pueden terminar envueltos en problemas legales que le serán difíciles de lidiar. Iniciar una start –up es tan emocionante que ha llevado a distintos cineastas  a crear entretenidas series y películas de las cuales podemos ir aprendiendo más allá de la educación formal.

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