Ha estado bajo constante amenaza de guerra desde su fundación, ubicada en un territorio semidesértico, sus recursos naturales son escasos y su mercado interno es relativamente pequeño. No obstante y a pesar de estar en medio de una de las zonas más conflictivas del mundo, Israel es actualmente uno de los países más prósperos de la región y, junto con Silicon Valley, se erige como uno de los hubs de innovación más importantes del mundo.
El éxito de Israel se centra en su mentalidad empresarial: su economía se basa en la innovación, el conocimiento y el desarrollo del talento. Es el país con mayor inversión per cápita en investigación y desarrollo; 5 de sus 9 universidades se encuentran entre las mejores del mundo y el 60% de la población tiene un título universitario.
Invertir en talento ha resultado en más de 500 aceleradores de negocios y fondos de inversión establecidos en Israel para dar forma a uno de los ecosistemas de emprendimiento más prósperos del mundo. Israel es el país que genera la mayor cantidad de nuevas empresas cada año y se le conoce como la “Nación de las Startups”.
¿Cómo logró Israel esta transformación en tan poco tiempo? ¿Cómo convirtió su tierra desértica en un estado próspero posicionado como hub global para la innovación?
Hay 4 factores principales:
1) Gestión de la incertidumbre:
Los mercados tienden a ser más volátiles en tiempos de incertidumbre y las inversiones disminuyen si las empresas no prevén un futuro de crecimiento. En general, a nadie le gusta vivir bajo la incertidumbre, sin embargo, la incertidumbre es parte de la vida cotidiana en Israel. Sus ciudadanos han crecido en un entorno altamente volátil debido a las constantes amenazas de guerra.
A lo largo de los años, han aceptado el desafío y están preparados para enfrentar la incertidumbre. El ejército juega un papel importante en la preparación de sus ciudadanos para dicho entorno. Todos los jóvenes, hombres y mujeres, ingresan al servicio militar a la edad de 18 años. Se entrenan física y mentalmente para hacer frente a las diversas situaciones que se puedan presentar. El servicio militar juega un papel importante a la luz de la educación del joven.
El servicio fomenta el espíritu empresarial característico del pueblo israelí. La preparación física y mental es importante para gestionar la incertidumbre. Sin embargo, los jóvenes también desarrollan liderazgo, trabajo en equipo, disciplina y resiliencia. Muchos están de acuerdo en que el ejército produce líderes orientados a resultados y que resuelven problemas. Estas calificaciones son necesarias para el funcionamiento efectivo del ejército, pero, en otro contexto, son habilidades básicas para cualquier emprendimiento.
En otras palabras, el pueblo israelí está creando una ventaja competitiva. Hoy en día, los cambios son constantes y cada vez más frecuentes. Por lo tanto, el entorno futuro es cada vez más incierto. El pueblo israelí está preparado para la incertidumbre y su capacidad de adaptación eficiente les permitirá ajustarse y responder más rápido a cualquier cambio en el mercado. Las empresas que no pueden adaptarse al cambio están destinadas a desaparecer.
2) Formación de talentos:
El capital humano es otro pilar del crecimiento económico de Israel y el desarrollo del talento es una prioridad estratégica estatal. Las mejores escuelas en Israel son públicas. Israel es el país con el mayor número de ingenieros per cápita y el 60% de las personas tienen un título superior, lo que coloca al país en el 4° lugar entre los países miembros de la OCDE. La misión de la Autoridad de Desarrollo de Jerusalén es atraer y retener a los mejores estudiantes.
Los estudiantes tienen acceso a las mejores universidades del mundo, la mejor experiencia educativa y la promesa de hacer realidad sus ideas. Los estudiantes se introducen en un ecosistema emprendedor desde que se matriculan en la Universidad. Tienen acceso a fondos de inversión, aceleradores de negocios e incentivos gubernamentales para desarrollar sus ideas mientras aún están en la universidad.
En cuanto a la educación superior, hay un dato interesante: en promedio, los estudiantes israelíes terminan la universidad a la edad de 27 años, en comparación con 23 años en otros países. Esto se debe a 2 factores: los 3 años en el servicio militar y luego, un año viajando por el mundo. Los estudiantes desarrollan importantes habilidades sociales y emocionales en el servicio militar que les serán útiles a lo largo de su vida y viajar por el mundo les da una perspectiva global. Ingresar a la universidad a una edad mayor no es una desventaja, al contrario, es una oportunidad.
Los estudiantes tienen una comprensión más amplia de lo que quieren hacer cuando tienen que elegir una carrera. Entran en la universidad con un objetivo en mente. Estudiar con un propósito mejora significativamente el proceso de aprendizaje. El espíritu emprendedor que vio crecer sus raíces durante el servicio militar se fortalece con los conocimientos y habilidades adquiridos en la Universidad.
No es casualidad que las empresas más importantes tengan una oficina de representación en Israel. En resumen, las organizaciones y los incentivos están alineados para desarrollar el talento necesario para el emprendimiento. Desde el ejército hasta los fondos de inversión, desde las universidades hasta las aceleradoras, Israel se destaca por la formación académica y el desarrollo del capital humano.
3) Enfoque Agrícola:
Durante los años 60´, Israel transformó su paisaje de una región semidesértica a una tierra altamente productiva. El riego por goteo permitió un uso racional y eficiente del agua, el recurso más importante y escaso de la región, para transformar el suelo árido en uno fértil para los cultivos. El gobierno se enfocó en la transformación del suelo para que las semillas encontraran un ambiente fértil para crecer. Para promover el espíritu empresarial, utilizaron un enfoque similar. El emprendimiento no es una reingeniería o un problema de logística.
Promover la libre empresa se parece más a un desafío agrícola.Como una semilla, el emprendimiento florece naturalmente si las condiciones son adecuadas. Siempre que hay un problema y un mercado, hay una oportunidad para que florezca un negocio. El tamaño del negocio dependerá de las condiciones del suelo. Por lo tanto, el enfoque del gobierno no fue crear empresas. Más bien, se centra en establecer las condiciones adecuadas para facilitar el crecimiento del espíritu empresarial natural y fomentar un terreno fértil para que las empresas prosperen.
Además de invertir en talento, el gobierno estableció incentivos para promover la inversión extranjera directa y la innovación. Implementaron subsidios y beneficios fiscales con el objetivo de atraer empresas de alta tecnología. Las empresas internacionales encontrarán en Israel un ecosistema completo para tener éxito: talento, incentivos, centros de innovación, etc.
Durante la década de los 90´, el gobierno lanzó el llamado proyecto Yozma (“Iniciativa” en castellano), para estimular el emprendimiento. Asignaron 100 millones de dólares para crear 10 fondos de capital de riesgo dentro de un esquema de coinversión con el sector privado.
El éxito de estos fondos semilla se basó en el alineamiento de incentivos entre los actores a través de sus reglas de operación. El gobierno les asignó hasta el 85% de los recursos (una subvención no reembolsable), pero requirió que el empresario asignara el resto. Gracias a este esquema, aseguraron un alineamiento con el mercado y la evaluación objetiva de un tercero independiente.
Más de 30 años después, hay más de 500 fondos de inversión y aceleradoras de negocios prosperando en el país. La industria representa hoy el 27% del PBI de Israel frente al 3% atribuible a la agricultura. El gobierno fomenta que las empresas israelíes desarrollen industrias de alta tecnología para el mercado mundial.Hoy en día, Israel se destaca en tecnologías de TI, comunicaciones, seguridad nacional, aeroespacial, electrónica y medio ambiente.
4) Mentalidad de crecimiento:
Existen dos formas de enfrentar la vida y cada una conduce a comportamientos distintos que marcan la diferencia entre las personas exitosas y las no exitosas. Ambos hábitos se conocen como “mentalidad fija” y “mentalidad de crecimiento”: Una “mentalidad fija” implica que nuestra inteligencia y capacidad creativa son estáticas, no cambian con el tiempo y no podemos mejorarlas.
Una “mentalidad de crecimiento”, se nutre del desafío y considera el fracaso no como una evidencia de falta de inteligencia, sino como una forma de crecer y ampliar nuestras capacidades. Las personas que demuestren una mentalidad de crecimiento, que acepten los desafíos y aborden el fracaso como una oportunidad para aprender y mejorar, serán las más exitosas.
La gente en Israel usa el término «fracaso constructivo». No tienen miedo al fracaso. Se considera parte del proceso de aprendizaje, un sistema de mejora continua. El miedo es la principal causa de la parálisis, es decir, es un mecanismo de defensa en la medida en que actúa como una advertencia contra los riesgos. Pero el miedo puede ser contraproducente si conduce a la parálisis. Debemos entender que el fracaso está implícito en el proceso de innovación. Innovar es cuestionar el statu quo, intentar, fallar, aprender y volver a intentarlo.
Perseverar y mejorar con el tiempo. No hay innovación sin fracaso. Por lo tanto, si debemos innovar, no debemos tener miedo al fracaso. Se necesita tiempo para establecer una cultura que destaque el hecho de no tener miedo al fracaso. Debe existir un ambiente de confianza donde el innovador no sea castigado si los resultados no son los esperados. Si no se puede establecer esta confianza, se inhibirá la creación.
En Israel, la cultura de la confianza se puede observar durante el servicio militar. Mientras están en el ejército, se alienta a los soldados a desafiar a sus superiores sin ser reprendidos por hacerlo. Es un comportamiento que genera muchas ventajas, entre otras, un mejor liderazgo. Gracias a esta política, la autoridad siempre tiene el desafío de tomar mejores decisiones y contar con un liderazgo efectivo para ejecutarlas de manera eficiente. El comportamiento aprendido en el servicio militar se traslada a diferentes aspectos de su vida cotidiana. Los jóvenes emprendedores cuestionan el statu quo continuamente. Siempre están buscando maneras de hacer las cosas mejor. No tienen miedo de hacer preguntas difíciles, intentar, fallar y volver a intentarlo. Han sido entrenados para hacerlo y para perseverar: no temen a la innovación.
Conclusiones: La innovación no es posible sin fallar en el camino.
Por lo tanto, debemos dejar de tener miedo a fallar. Debemos confiar y apoyarnos en el desarrollo del talento, abrazar la incertidumbre y pensar globalmente. Edison no solo es famoso por sus inventos sino también por su actitud ante el fracaso. En su mente, el fracaso era simplemente otro paso hacia el camino del éxito. Edison falló 10 mil veces antes de encontrar el filamento adecuado para la bombilla incandescente. A diferencia de la persona promedio, nunca se dio por vencido. Cuando se le preguntó por qué persistiría después de tantos fracasos, Edison respondió que no eran fracasos. Todo lo contrario, había conseguido encontrar 9.999 filamentos que no servían para la lámpara. Una actitud positiva o el enfoque de «mentalidad de crecimiento» es lo que marca la diferencia.