Marc Jardí, coach de emprendimiento: “Lo peor que puede pasar es que no funcione y, a la vez, que no funcione es lo mejor que puede pasar porque de esta manera vas a seguir aprendiendo cosas”
La inteligencia emocional nos ayuda a entender un fracaso como una oportunidad y un aprendizaje de futuro. El consejo definitivo de un experto en emprendimiento: “Cuando tengas esa idea de negocio envíale un audio a ChatGPT y después dile que sea muy crítico y no tenga ningún reparo”

El miedo es una de las sensaciones que siempre va a estar presente a la hora de emprender un negocio. Da igual cuánta experiencia tengamos o lo seguros que estemos del proyecto, siempre va a estar. La cuestión es qué posición decidimos tomar con respecto a ese sentimiento y hasta qué punto dejamos que influya en nuestras elecciones.
En la mayoría de ocasiones, el miedo se debe a la ansiedad que genera el hecho de pensar en que un proyecto no vaya bien. La inversión económica y de esfuerzo que requiere es lo que, casi siempre, nos lleva a contemplar una tesitura en la que las dos únicas opciones son el éxito o el fracaso.
Sin embargo, los emprendedores con más trayectoria coinciden en que, lo más importante, es saber transformar el fracaso en oportunidad. Sobre esto habla Marc Jardí, un joven emprendedor que se dedica a ejercer de coach de otras personas que quieren poner en marcha sus propios negocios. Es, de hecho, una de las conclusiones parte de una conferencia que impartió durante la Semana de la Economía de Alzira, y cuyo resumen ha publicado en un vídeo en su perfil de YouTube.
Cómo pasar del miedo a la oportunidad
Lo que, a largo plazo, definirá nuestra personalidad no son los acontecimientos de nuestra vida, sino la actitud que adoptemos ante ellos. Esta es una de las máximas más trascendentes del filósofo Epícteto, y se aplica a la perfección en el caso de los emprendedores.
Siguiendo esta línea, Marc Jardí explica que “lo peor que puede pasar es que (un proyecto) no funcione. Y lo que no funcione es lo mejor que puede pasar, porque vas a seguir aprendiendo cosas”. Esta frase evidencia que, si un proyecto no tiene el éxito esperado, es un aprendizaje de gran utilidad para seguir avanzando hacia otro con más experiencia.
“Ninguna persona nos debe nada por el mismo hecho de nacer en este mundo, y si quieres ir en busca de grandes cosas, te lo tienes que trabajar. Esta es la realidad de emprender”, recuerda el coach.
La Oficina Nacional de Emprendimiento hace hincapié, en uno de los artículos que ha publicado, en que “aceptar el fracaso como una posibilidad y estar preparado para enfrentarlo es lo que convierte una experiencia difícil en una oportunidad para crecer”. Además, incide en que son oportunidades que no solo permiten crear futuras ideas de negocio más sólidas, sino también conocerse mejor a uno mismo.
La inteligencia emocional, aspecto clave en el emprendimiento
La gestión que cada persona haga de la sensación de fracaso está muy relacionada con el grado de inteligencia emocional que posea. Sin embargo, la inexperiencia y la juventud pueden llegar a ser obstáculos para conseguir dicha inteligencia emocional. El Instituto de la Juventud (INJUVE) ha publicado una guía en la que explica cómo adquirir las competencias emocionales que debería tener cualquier persona emprendedora, tanto a nivel social como personal.
En lo que respecta al miedo, el INJUVE recalca la importancia de distinguir qué emoción sentimos en cada etapa del proceso de emprendimiento, y de relativizar las consecuencias de un posible fracaso.
Por otro lado, revela que una de las mejores maneras para optimizar el aprendizaje en este tipo de situaciones es entender que somos responsables de nuestras acciones, pero no víctimas de lo que nos sucede. Comprender esta diferencia es una de las claves que más ayuda a evolucionar, avanzar y aprender de cara a futuros proyectos.