Argentina

Se rompió la bicicleta financiera

CPN Luis Aveta
Por CPN Luis Aveta

Un poco más de un mes va ya del inicio de nuevo gobierno, con una batería de medidas que para muchos han sido esperadas, para otros son una verdadera molestia, para otros son como lluvia en medio de un incendio forestal, pero para los que nos dedicamos a observar y analizar la economía de nuestro país, son tantas que no terminamos de ver todos los efectos, así que de mi parte empiezo por ver algún resultado esperado y solicitado por la sociedad y especialmente por las Pymes, como lo es el acceso al crédito.

El título de la nota tiende a explicar mínimamente su contenido y eso intentaré, pues durante los años 2018 y 2019 por este mismo medio hemos sistemáticamente tratado y explicado los daños que le produce a la economía el sistema del conocido internacionalmente como “carrytrade”, que en nuestro idioma es la famosa y crítica  “bicicleta financiera”, que es el mecanismo por el cual mediante el “virtual” congelamiento del tipo de cambio y la aplicación por parte del Banco Central de altos tipos de interés, a pesar de tener una inflación elevada, se favorecía el ingreso de capitales extranjeros para ser convertidos a moneda local, ganar una tasa alta de interés positiva y en un muy corto plazo volver a cambiarse por moneda extranjera y fugarse del país con una importante ganancia. Mediante éste sistema se fueron del país más de U$S 50.000.000.000. en tan solo los dos últimos años.

Lo explicado antes agregado a la libertad otorgada a los agroexportadores para que liquiden sus cobranzas en dólares cuando quieran, dio como resultado un increíble endeudamiento externo y un tremendo ahogo en la economía argentina que la dejó sin divisas. Conocido como restricción externa, causa principal del demonizado “cepo cambiario” que no es otra cosa que la exteriorización por parte del Banco Central de su escasez de dólares.

Pero además, el sistema del “CarryTrade” tiene otro efecto colateral muy perverso sobre la economía real y es que las tasas a las que pueden acceder las empresas en general y las Pymes en particular, son imposibles de pagar, haciendo que el financiamiento sea uraño y condene a muchas de ellas a la quiebra o simplemente las vuelva no rentables y deban cerrar con la consiguiente pérdida de puestos de trabajo y caída en la producción. Para romper con el nefasto mecanismo era necesario simplemente, reducir los tipos de interés, o tasas de interés de referencia del mercado, a punto tal que no fuera posible obtener ganancia con tal método financiero.  

Pues bien, parece que el camino ha sido iniciado por parte del nuevo Presidente del Banco Central de la República Argentina, camino que no es para nada sencillo, pues los tipos de interés estaban por las nubes. Después de haber tocado el 83% anual en agosto del 2019, fueron bajando lentamente hasta el 65% anual, al momento del cambio de gobierno (cabe recordar que la capitalización es semanal por lo que la tasa efectiva superó largamente el 100% anual). En este mes de Enero del 2020, se ha producido una nueva baja de la tasa de referencia, baja que confirma la aceleración del proceso.

Esta es la tercera baja dispuesta, la primera baja había sido el 19 de diciembre, de 63% a 58% y la segunda, el 26 de diciembre, de 58% a 55%. La decisión fue adoptada de acuerdo a los avances en la mesa de concertación del Acuerdo Nacional, el Acuerdo de Precios Cuidados y la cercana modificación de los plazos de las LELIQ en la búsqueda de la definición de una curva de tasa de interés en pesos.La medida fue dispuesta por el Directorio del BCRA que conduce el economista Miguel Ángel Pesce. Anteriormente, Pesce había adelantado que desde la entidad «continuaremos con el camino descendente de la tasa» debido a que «las altas tasas no tuvieron el efecto de desacelerar la inflación y estaban creando un fuerte efecto recesivo «.

Por mi parte, encontré que una parte de la teoría económica en la que siempre he creído, se desplomó, con la violenta restricción al circulante de pesos que se produjo, como consecuencia de las enormes tasas de interés reinantes el año pasado, lo mismo la inflación se disparó a valores insólitos estando muy cerca de llegar a una hiperinflación por lo que se comprobó que la emisión de dinero por sí sola, no genera inflación. Tengamos en cuenta que las tasas de referencia de países estables, son de un solo dígito, así que todavía el camino descendente se vislumbra muy largo.

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