«Ser pobre aún con empleo»: un fenómeno que crece y afecta cada vez más a profesionales y trabajadores formales
César Herrera, experto del Observatorio de la Deuda Social de la UCA, analiza los datos sobre el incremento de sectores medios que no logran cubrir la canasta básica.

La realidad laboral y económica de Argentina atraviesa un momento crítico, donde tener trabajo formal ya no garantiza salir de la pobreza. Según César Herrera, experto del Observatorio de la Deuda Social de la UCA, en los últimos ocho años se ha evidenciado un incremento en la población trabajadora que, a pesar de tener empleo, no alcanza a cubrir la canasta básica y se encuentra bajo la línea de pobreza.
“Tras la salida de la convertibilidad y la crisis posterior, en 2002 y 2003, el 37,8% de los trabajadores estaba bajo la línea de pobreza. El menor registro se da en 2012, con el 11,5%. Lo que podemos detectar en los últimos años, de 2017 a 2024, es que pasó del 16,5% al 35,3%, por lo que ha aumentado la cantidad de personas que trabajan y que no les alcanza para cubrir la canasta de la pobreza”, señala Herrera, al repasar los datos de la UCA.
Según informó el INDEC el mes pasado, una familia tipo necesitó en marzo $1.100.267 para no ser considerada pobre. Ese crecimiento mensual de la Canasta Básica pone en jaque la economía de millones de argentinos.
Este fenómeno se da en todos los sectores socioeconómicos. “En los sectores medios altos está el 9% y en los medios bajos, un poco más del 20%. Después, tienes los sectores bajos, con un porcentaje mayor al 40%, y el sector de ingresos muy bajos, donde el 63,9% no alcanza a cubrir la canasta. En estos últimos dos sectores hay mucha informalidad”, agrega el experto.
Herrera sostiene que esta tendencia refleja un deterioro profundo en la capacidad de adquisición de la población trabajadora. “El porcentaje de trabajadores en sectores medios-bajos y medios-altos que se encuentran por debajo de la línea de pobreza se ha incrementado, lo cual evidencia que la crisis no solo afecta a quienes están sin empleo, sino también a quienes trabajan formalmente”, afirma.
A modo de ejemplo, señala que “el 6,9% de los trabajadores en sectores medios-altos estaba por debajo de la línea de pobreza en 2020, y en 2024 esa cifra aumentó al 9%”. Al respecto, agregó que este fenómeno se registra en “profesionales jóvenes, en la gama de trabajos que pudieran ser repetitivos, que, si bien tienen un ingreso medio-alto, también están alcanzados por este nuevo fenómeno que es ser pobre aún trabajando».
Este escenario plantea interrogantes sobre las políticas públicas y las estrategias para revertir esta tendencia. «La solución no pasa solo por mejorar los salarios a través de paritarias, sino también por lograr un crecimiento económico inclusivo y una distribución más equitativa de la riqueza», sostiene Herrera.
En su análisis, la precarización laboral y la flexibilización de las leyes laborales, como la ley Ómnibus y el DNU 70, han contribuido a la expansión del trabajo en condiciones de vulnerabilidad. “La tendencia indica que el mercado laboral informal ahora representa cerca del 50% del total”, explica.
El experto concluye que el país enfrenta un fenómeno estructural que requiere una intervención integral. “El desafío es generar políticas que promuevan empleos dignos y bien remunerados, reducir la informalidad y garantizar que el crecimiento económico beneficie a todos los sectores”, afirma.