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Economía de Guerra

Economía de Guerra
Por el Dr. Diego Salinas

En la “Economía” como ciencia, suelen hacerse diversas clasificaciones de acuerdo al punto de vista: Economía Pública por un lado y Economía Privada por otro, Microeconomía por un lado y Macroeconomía por otro, igual con Economía Capitalista y Economía Socialista y así seguir in extenso. Pero la que nos ocupa en esta nota es la división de Economía Paz y Economía de Guerra, en la cual la primera es la ordinaria o normal en estos lares y en esta época, mientras que la otra es más afín con épocas pasadas y en otras partes del mundo, aunque hoy siga siendo de rutina en Irak, Turquía y otras zonas.  

Se denomina “Economía de Guerra” a la que se aplica en momentos de fuertes convulsiones violentas, sean o no conflictos armados, o en periodos de extrema autarquía y que tiene por objetivo mantener el funcionamiento de las actividades económicas indispensables para un país, procurar el autoabastecimiento, desincentivar el consumo privado, garantizar la producción de alimentos y controlar la economía nacional desde el Estado. Cada país se acerca a la reconfiguración de su economía de una manera diferente pero entre las actuaciones fundamentales se encuentran:

  1. Control exhaustivo de la política monetaria que evite los procesos de hiperinflación.
  2. Favorecimiento de la autarquía como sistema que evite la dependencia de las importaciones exteriores en productos básicos y material militar.
  3. Medidas de ahorro del consumo energético.
  4. Incentivación de la mano de obra de bajo costo para ocupar los puestos de trabajo de aquellos que se incorporan al ejército.
  5. Cambios en la política agrícola que dirigen los cultivos y la industria transformadora hacia la producción de grano y, en general, cultivos que aporten una alta cantidad de hidratos de carbono.
  6. Aumento de la producción de la industria pesada y de material militar.
  7. Establecimiento de reducciones del consumo privado, que puede incluir el racionamiento a la industria y a las familias.

Fundamentalmente se direcciona el grueso de la economía a proveer insumos, materiales, armas, herramientas, equipamiento y servicios de y para la guerra, se pone en primer lugar de atención y cumplimiento a todo lo que está relacionado con el conflicto: fabricación de armas, municiones, uniformes, botas, cascos, etc. provisión de rodados, ambulancias, tanques, naves, aviones, etc. para el traslado de soldados, superiores y auxiliares, provisión de instrumental estratégico, etc..

Para muchos países no beligerantes y cercanos territorial o económicamente a una zona de conflicto armado, la “Economía de Guerra” representa una oportunidad de crecimiento y desarrollo al poder incrementar sus exportaciones a los beligerantes, tal como ocurrió con Finlandia en la Segunda Guerra Mundial que proveía a Rusia de indumentaria y accesorios de guerra: uniformes, botas, guantes, cascos, armas y demás artículos afines que permitieron a ese país nórdico mantenerse y crecer. De igual manera Argentina, que se mantuvo independiente hasta poco antes de finalizar la contienda, logró avanzar tanto en el panorama mundial que llegó a convertirse en el “Granero del Mundo” y alcanzar el 7° puesto en el escalafón por países.

Se puede hablar también de un «efecto de arrastre» que sufren los países más atrasados y que les lleva a una disminución del diferencial de contemporaneidad. Ejemplo de este efecto es el hecho de que durante la Primera Guerra Mundial, los países de la periferia económica redujeron las distancias con los países más avanzados que se encontraban en guerra. La economía de guerra sustenta procesos de investigación y desarrollo tecnológico que mejoran la capacidad del país, sosteniéndose por algunos economistas que, en algunos casos, éste parece ser el origen real de algunos conflictos.

Ahora bien, como en toda guerra esta pandemia sería el enemigo a vencer con la particularidad que este enemigo es invisible, está por todos lados, no tenemos todavía el arma ideal para combatirla, la estamos atacando en algunos frentes y en otros nos estamos defendiendo, en algunos ya están saliendo triunfantes mientras que en otros recién entra y así la vamos llevando.

De tal forma que si nos circunscribimos a nuestro país o a nuestra provincia, observaremos que gran parte de la actividad económica ha entrado en una “Economía de Guerra” lo cual es evidente. La mayor actividad se concentra en producir y servir todo lo que  esté relacionado con atacar este virus en forma directa y con actividades conexas como farmacias, alimentación, reparaciones, etc. pero lamentablemente se ha descuidado al resto de la economía que  está sufriendo un letargo pasmoso. En otras guerras a lo largo de la historia, siempre se han llevado a la par ambos frentes, en mayor o menor medida e incluso en la actualidad y en muchos otros países, no se descuida la economía sino que se la incentiva y estimula…..algo esencial para no quedar más atrás de lo que estamos …… no le parece ????

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