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China y el ‘cripto-yuan’

China comenzó en 2014 las investigaciones sobre la digitalización de su moneda. Con el pasar de los años el régimen chino ha buscado controlar todos los terrenos posibles: tecnología, economía, política, salud y aunque muchas de sus iniciativas ya se conocen, siempre consigue un nuevo campo en el cual incursionar para expandir su poderío.

Uno de ellos es el de las monedas digitales: Pekín planea convertir al yuan en una criptomoneda respaldada por su Banco Central. El país diría adiós a los billetes y monedas para buscar controlar a su población y los lazos comerciales con otros países. También quiere hacerle la guerra a plataformas como WeChat Pay y Alipay, que no están atadas al sistema bancario de ese país y ejecutan transacciones de manera independiente.

La supremacía digital parece ser clave para el liderazgo del Partido Comunista de China. Tanto es así que lucha por imponer mundialmente su tecnología 5G y ha implementado el espionaje cibernético para influir en gobiernos y sociedades. Pero antes de ir hacia otros países, el régimen chino primero busca controlar a su población.

Otros países también están llevando adelante investigaciones y adelantos para cambiar sus sistemas monetarios a un entorno digital criptográfico, como el Banco Central Europeo (BCE). La tecnología criptográfica permite agregar más seguridad a la moneda, evitando falsificaciones y duplicados. Además, establece la trazabilidad total: el gobierno sabrá quién gasta y en qué. 

Aunque es una ventaja para evitar la fuga de impuestos, la concepción que podría darle el régimen centralista de China, asomaría más un problema que una solución. Una declaración pública de Xi Jinping en octubre de 2019 habría llevado a acelerar los procesos tecnológicos de intercambio monetario. “Los países más poderosos están acelerando sus iniciativas”, dijo.

El especialista en tecnología blockchain, Philippe Boland, explica que «si bien China podría utilizar la tecnología blockchain, la idea es que sea centralizado y eso va en contra de la filosofía de empoderar a los usuarios, a conservar y tener el control de sus propios activos». Con la inversión que China está haciendo en gran escala internacionalmente, podría imponer el uso de su nueva moneda digital a otros países. Con ello sabría cuánto dinero hay en las cuentas.

La situación se extrapola a las personas particulares. «Es un peligro porque saben exactamente cuánto tienes en la cuenta, combinado con la tecnología 5G para tener datos personales y de salud, es tremendo. Corromper a una persona es mucho más fácil cuando sabes que no tiene nada en su billetera. El control del dinero es un elemento clave», añade Boland.

Tengamos presente que la nueva moneda no sería anónima, algo que sí ofrecen monedas con otras tecnologías como Bitcoin (prohibida en China). El régimen podría tener los datos de cada transacción, facilitando el rastreo del movimiento de capitales, esto es tentador. Mientras más información tenga, mejor para los objetivos del régimen.

Ahora ¿Cuál es la diferencia entre el prohibido Bitcoin y el yuan digital? El primero es una moneda descentralizada donde el control depende de varios. No existe una unidad administradora. Cualquiera puede generar bitcoins y cambiarlos de billetera.

En cambio, la nueva moneda china utiliza todos los componentes de seguridad pero no tiene la descentralización del Bitcoin. El control y su valor lo determinará el gobierno chino.

«En EE. UU. el Banco Central es independiente del Estado, pero China puede hacer una devaluación de 50 % a 100 % cuando así lo decida, es decir que puede ser una moneda totalmente volátil porque va a depender del Partido Comunista de China», advierte Boland.

«Si todos los servidores del yuan están en entidades chinas y un día deciden que el ‘cripto-yuan’ no les interesa, simplemente apagan sus servidores y la gente que tenía esa moneda ya no tiene cómo rescatarla, hacer transferencias o usarla».

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